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El impacto de la pandemia en los niños: Un 79% no fue a controles de salud y un 61% está más irritable que antes

Experiencia

Juegan y conversan más, y también han podido involucrarse en el proceso de aprendizaje de los hijos. Esas son sólo algunas de las respuestas que predominaron en la Consulta Nacional Sobre la Situación de la Primera Infancia por crisis covid-19, sondeo realizado entre el 9 y el 31 de julio, donde más de 10 mil personas respondieron.

El sondeo fue organizado por el Centro de Estudios de Desarrollo y Estimulación Psicosocial (Cedep), donde colaboraron más de 50 organismos, entre ellos: las subsecretarías de La Niñez y de Educación Básica, la Junji, Unicef, Elige Educar, Fundación Integra y distintas universidades.

El objetivo del estudio fue conocer la situación de los niños de 0 a 6 años, respecto a su bienestar socioemocional en este contexto, pero también con atención al estado de sus cuidadores. Y aunque hay aspectos positivos, también se levantaron señales de alerta.

«Hay que pensar fuera de la caja»: Propuestas para el retorno

Esta suerte de «radiografía» de las vidas al interior de los hogares durante el pasado mes, hoy viene a dar cuenta de los motivos por los que el Gobierno avanzó en un protocolo especial para menores, con el objeto de que puedan salir de sus casas, eso sí, respetando las medidas de seguridad.

El propio Presidente Sebastián Piñera anunció que a partir del próximo martes, los niños, niñas y adolescentes podrán salir de sus casas para jugar y pasear. Esto se podrá hacer efectivo los martes, miércoles y viernes, por 90 minutos, entre 10.00 a 12.00 horas, o 16.00 a 18.00 horas.

Para Magdalena Moreno, investigadora Cedep y una de las encargadas del estudio, esta medida «sirve pero no es suficiente». Según explica, «hay que tener en cuenta que ese niño tiene que tener un cuidador», y por eso, dice, hay que considerar factores como que los padres o cuidadores en general están con teletrabajo.

Otro de los puntos que destaca la investigadora, es la importancia de que emerjan ideas nuevas de esta crisis, para que los niños y niñas puedan tener un ambiente grato en su reincorporación a las actividades y a la socialización temprana.

Por eso, Moreno comenta que actualmente se está trabajando en un proyecto que busca crear centros con intencionalidad pedagógica estructurada, abierto (al aire libre) y con protocolos covid-19, cuyo desarrollo está a cargo del laboratorio de innovación educativa que se llama Soki, apoyado por la Universidad del Desarrollo y liderado por María José Buttazzoni, directora del jardín infantil Ombú. El Cedep, por su parte, actuará como coordinador para realizar diversas mesas técnicas que busquen desarrollar otros proyectos innovadores.

En el fondo, explica la investigadora, son como ‘jardines de campaña’ basados en el modelo outdoor learning (aprendizaje al aire libre), desarrollado en Australia. La idea es que «se puedan mantener en grupos reducidos, que sean siempre los mismos para poder tener trazabalidad en caso de contagio. Hay que pensar fuera de la caja, no podemos pretender volver a lo mismo de antes con precaución (…) hay que pensar en otras alternativas».

Señales de alarma en los niños

Entre las respuestas que arrojó el sondeo, se detectaron algunas «señales de alarma», que dan cuenta de cómo se alteró en algunas dimensiones, la vida en el contexto pandemia.

Por ejemplo, el tiempo de uso de las pantallas en los menores alcanzaron las 2,8 horas en promedio, siendo los niños de 6 años los que llegan al mayor nivel, con 3,8 horas. «Este es un tema muy importante que hay que revelar y revertir», destaca Moreno.

En materia de estado emocional y anímico de los niños, al consultar a los cuidadores sobre su percepción, se llegó a que un 61% de los niños y niñas está más irritable que antes; un 59% presenta más pataletas y llantos; un 43% está menos paciente y con menos tolerancia a la frustración, y un 37% está más triste que antes.

Por otro lado, el porcentaje de los niños que no fueron a sus controles (control de niño sano) producto de la pandemia, llegó al 79%. Otro de los factores que se vieron alterados producto del confinamiento fue el de la interacción de los niños con la naturaleza: Un 76% de niños y niñas pasa menos tiempo jugando o estando al aire libre, mientras que un 55% no tiene la posibilidad de salir diariamente a jugar al aire libre.

En tanto, y en un balance global frente a la crisis sanitaria, un 53% consideró que la situación de bienestar del niño o niña durante la pandemia «es igual que antes»; un 21% dijo «mejor que antes», y un 28% dijo que «peor que antes».

Situación de los cuidadores

El estudio no sólo abordó los aspectos referidos a los niños y niñas, sino que también dio espacio para conocer la situación de sus cuidadores. La caracterización quienes respondieron da cuenta que el 93% fueron mamás y el 5% fueron padres.

En tanto, un 69% dijo que disminuyeron los ingresos en su hogar, mientras un 26% dijo haber recibido un bono por parte del Gobierno. Además, un 32,2% se encontraba realizando teletrabajo con contrato fijo, y un 17,4% está dedicado a labores del hogar.

Al igual que con los niños, en este caso también se detectaron «señales de alerta». En cuanto al estado socioemocional de los adultos cuidadores, un 61% dijo «no tener suficiente tiempo y energía» para estimular a sus hijos. En tanto, el 75% dijo sentirse «más preocupado que antes», y un 64% se percibe más irritable que antes.

Otras señales también dan cuenta que un 54% de los cuidadores refiere sentir «más miedo que antes»; un 47% percibe que su estado de ánimo está menos estable que antes, y un 58% dice estar durmiendo «peor que antes».

Por lo antes reflejado, es que la investigadora del Cedep hace la reflexión: «Los niños son súper resilientes, pueden salir adelante, pero para salir adelante necesitan un andamio que se logre sostener, y si ese andamio, es el cuidador y si ellos están mal, ese piso no va a estar. Por eso, es muy importante enfocarse en cómo están esos cuidadores también», sentencia.

Fuente: Emol.com