Se aproximan las fiestas de fin de año y tanto para padres como para los hijos es un año diferente. La pandemia vino a irrumpir nuestros espacios y ha modificado la forma de relacionarnos con nuestros seres queridos.
El retorno a la fase dos, en la Región Metropolitana, fue algo inesperado, que además genera mucha incertidumbre y frustración, estos sentimientos muchas veces son traspasados a los hijos.
Aún no se sabe cuáles serán las medidas sanitarias para esos días en específico, sin embargo, es recomendable anticipar a los niños sobre la forma en que cada familia se enfrentará a estas fiestas. Es probable que este año sea un momento íntimo, con la familia nuclear y extrañando a la familia extendida y seres queridos.
La Psicóloga Rosario Morales de Grupo Cetep señala que, “Es importante poder hablar con los niños sobre estas ausencias, empatizando con su sentir (tristeza, frustración, enojo, etc.), y a la vez, compartir los sentimientos de los padres”.
Otras recomendaciones que entrega la profesional Infanto-juvenil refieren a “Se puede hacer partícipes a los niños, realizando regalos manuales a las personas con las que no podrán compartir. Hacer dibujos es una opción, en post de calmar la incertidumbre o la ansiedad y también, para expresar sus afectos”.
Las celebraciones son importantes para subsanar las complejidades de este año. Para los niños, el cierre abrupto del colegio, el no volver a ver a los amigos durante un tiempo prolongado, el no poder salir a los parques y plazas, ha sido una fuente de tristeza y frustración importante.
Por lo anterior, todo tipo de celebración ya sea cumpleaños, logros escolares, labores, nuevos aprendizajes, y buenas noticias familiares, son importante de festejar, para poder visibilizar que este año tuvo cosas positivas también, y que pudieron rescatar algunas de ellas.
“Es importante que los niños incorporen la información de forma paulatina, siendo honestos con ellos y hablándoles en un lenguaje acorde a su edad, de manera concreta. Si ven a los niños con un alza significativa en conductas ansiosas (disrupción, oposicionismo, irritabilidad, labilidad emocional), es importante que los padres se lo puedan reflejar” comenta Rosario Morales.
Los espacios de conversación son muy relevantes para que los niños puedan aprender a monitorearse y autorregularse. Necesitan que un adulto pueda explicar lo que sucede o va a suceder, para poder tener una noción y un grado de control de esta situación.
Cabe destacar que siempre hay una razón detrás de una conducta, por lo que es recomendable estar atento a los comportamientos poco esperables de los niños. Contención, conversación y ayudar al niño a entender lo que está ocurriendo son técnicas a la hora de afrontar las conductas ansiosas.
Finalmente, el objetivo de esta celebración es sentir la magia de la navidad, a pesar de las circunstancias.