Durante la adolescencia comienzan los cambios a nivel físico, biológico, psicológico y social. Allí empiezan las primeras relaciones interpersonales que marcarán de manera importante el proceso de cada individuo. Entre esas experiencias se encuentra el noviazgo.
El primer amor es como le llaman los jóvenes a esa vivencia precoz que sucede en la adolescencia y que tiene efectos en ellos de hasta moldear su conducta.
Cuando el amor llega a los adolescentes están llenos de expectativas y miles de emociones. Viene la primera relación amorosa que es una fuente de felicidad y satisfacción.
“Los jóvenes tienen expectativas, se comienza por esa tendencia de ser muy idealista y de repente existe un choque contra la realidad cuando se dan cuenta que las relaciones no son lo que esperaban” explica María Jesús Lagos, psicóloga infanto-juvenil de Grupo Cetep.
Estas experiencias y emociones totalmente nuevas al diluirse se convierten en una fuente de estrés, dolor y tristeza que puede afectar la salud física y mental del joven. El hecho de terminar con una pareja suele ser un acto doloroso, pero cuando se trata de la primera vez, pueden volverse hasta eventos de estrés que recaen directamente a largo plazo en la personalidad del adolescente.
Impacto de la ruptura amorosa según el género
Desde que nacemos hay características físicas que nos definen como hombre o mujer, por lo que al ser identificado como niña o niño se va adquiriendo una serie de atributos socioculturales que irán diferenciando a cada género, donde las mujeres y hombres experimentan diferentes emociones y reaccionan de manera distinta al amor.
Las mujeres cuando atraviesan rupturas amorosas tienden a demostrar sentimientos de desconcierto, enojo, y tristeza, suelen sentirse usadas y rechazadas.
Los hombres por su parte manifiestan sentimientos de malestar, decepción, humillación y enojo. Todo esto se envuelve en que en la etapa de la adolescencia está más presente la preocupación del “qué dirán”, debido a los patrones sociales establecidos.
La psicóloga infanto-juvenil de Grupo Cetep, María Jesús Lagos dice que: “Al igual que los adultos, muchas veces las relaciones amorosas por diversas razones no resultan como se habían planteado y, en los jóvenes también sucede, considerando que ellos tienden a sentir de una manera muy intensa, pero a la vez con mucha inestabilidad emocional. Por ende, pueden cambiar muy rápido la manera en que perciben a su pareja”.
Los efectos en los jóvenes
Esa etapa donde todas las expectativas que tiene el/la adolescente de repente se rompen y comienza ese duelo del primer amor tiene sus consecuencias, cuando padres, amigos u otras personas le restan importancia.
“Cuando se está sufriendo y alguien le resta importancia o invalida lo que se está sintiendo. En el caso del joven comienza a retraerse, le da rabia, culpa, vergüenza y hasta tiene la sensación de soledad. Esto lo que puede causar es que el/la joven pierdan la confianza en sí mismos, comiencen a tener problemas de autoestima e identidad o incluso hasta consecuencias graves como conductas que atenten contra su integridad”, afirma María Jesús Lagos, psicóloga infanto-juvenil de Grupo Cetep.
Y añade que, “una ruptura amorosa de por sí no debiera generar un impacto negativo en el adolescente, pero si puede hacerlo el contexto en que se dé. Por ejemplo: si la ruptura fue por infidelidad puede tener consecuencias en la capacidad de confiar. Si se dio en contexto de violencia puede haber traumas, si no hubo la contención adecuada podría haber cierto rechazo a la búsqueda de ayuda en un futuro, etc”.
¿Cómo puedes ayudarles en el primer quiebre amoroso?
La empatía y la escucha son una virtud que todo el mundo debe cosechar sobre todo cuando hablamos con jóvenes y adolescentes que están atravesando momentos difíciles en su vida cotidiana, como las rupturas amorosas.
María Jesús Lagos, dice que: “Es de suma relevancia entender que un quiebre amoroso representa un duelo, el cual se muestra de manera diferente en cada persona que lo experimenta y, los duelos para los jóvenes suelen ser bastantes complejos. Por eso, los padres deben actuar como figuras de contención y guía, siempre validando y acompañándolos en su dolor y malestar”.
Los adolescentes en esos momentos se encuentran en el proceso de consolidación de su identidad y personalidad, por lo que, están en constante exploración y búsqueda de formar parte de algo, de definirse por qué son y por lo que quieren y esto muchas veces lleva a que el sentirse cómodos o validados por un par es necesario.
“Es fundamental que como padres validemos y acompañemos a nuestros hijos evitando los juicios y comentarios como ‘no es para tanto’, ‘aún eres joven’, ‘vas a conocer más gente’ o también prevenir el compartir los prejuicios propios del padre. Si tu hijo/a siente que no lo estas comprendiendo o que lo estás juzgando va a perder la confianza y caerá en un bucle de malas emociones”, explica la psicóloga
Las experiencias son la fuente de vivencias que marcan y ayudan a que las personas se definan. Por eso, es tan importante tener agentes de contención positivo y los padres son los primordiales en brindarles esas herramientas y apoyo a sus hijos. Sus primeros amores pueden ser los más dolorosos, pero los que más aprendizaje traen para los adolescentes.